¿Por qué eligen los papas un nuevo nombre?

El proceso tiene, en gran parte, fundamentos teológicos; en qué consiste y cuáles son sus principales rasgos
Se trata de una gran duda que no siempre encuentra una explicación certera. Lo cierto es que la designación de los apelativos de cada nuevo papa responde a una fundamentación teológica y no a cuestiones del azar, como podría pensarse.

Un artículo publicado por el diario español ABC revela que el cambio de nombre se fundamenta en la Biblia, ya que Dios "siempre cambiaba de nombre a aquellas personas a quienes encomendaba una misión determinada, como por ejemplo Abraham o San Pedro, que en realidad era Simón.
Esa tradición aclara entonces por qué cada Sumo Pontífice que asume modifica su nombre una vez que estrena su nuevo rol como cabeza visible de la Iglesia.

¿Qué criterios influyen a la hora de elegir? Algunos toman el nombre de sus predecesores cercanos. Otros generan una larga estela de repeticiones, aunque también podrían estrenar un nuevo apelativo, como sucedió en el caso de Jorge Bergoglio, que eligió un nombre que ningún otro papa había utilizado.

Tanto Francisco, como Luis, Tomás e Ignacio, por mencionar algunos, recuerdan a grandes santos del mundo católico, que son bien recibidos por los fieles.

Los nombres más usados. Los apelativos más utilizados en la historia fueron Juan, Gregorio, Benedicto, Clemente, León, Inocencio, Pío, Esteban, Urbano, Alejandro, Adriano, Pablo, Sixto, Martín, Nicolás, Celestino, Anastasio y Honorio.


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